Milei, la crueldad y la baja

Desde la asunción de Javier Milei, se viene utilizando la supuesta “necesidad de baja” de la edad punible, es decir la edad donde se considera que un sujeto puede afrontar la posibilidad de enfrentarse a un juicio y perder su libertad ambulatoria, con fines meramente publicitario, el famoso “cárcel o bala” de Espert o la mano dura de Bullrich.  Pero el sistema penal juvenil hoy no está pensado para construir sujetos críticos de su propia realidad, y mucho menos para lograr la tan mentada «reinserción» que proponen quienes defienden el negocio de la cárcel. Hoy, los ex institutos de menores sólo representan un sistema de castigo pensado desde el hecho de “penar”. 

En la apertura de las sesiones legislativas (2025), el presidente volvió a arremeter contra los más débiles y, en especial, contra los pibes y pibas. Javier Milei no entiende ni quiere entender la multicausalidad del «delito» juvenil. Tampoco comprende que esos pibes y pibas son primero víctimas y luego victimarios. Ningún pibe nace chorro, ninguna piba se levanta un día y, de la nada, decide salir a afanar. 

Javier Milei utiliza a países como Suiza para solventar su teoría de la efectividad de la baja de punibilidad, pero él miente. Afirma que Suiza al igual que el Reino Unido tiene una edad de punibilidad por debajo de los 13 años, pero esto no es así, en Suiza se prevé que las penas privativas de la libertad son a partir de los 15 años y como última instancia. 

Javier Milei tampoco tiene en cuenta el sistema de bienestar social suizo, el cual es amplio y demuestra un estado benefactor presente con los más humildes como base de una sociedad fuerte y solidaria que busca eliminar la desigualdad social. Al contrario que Suiza, en Argentina miles de trabajadores y trabajadoras, compañeros y compañeras, fueron despedidos en áreas clave del Estado Nacional, aquellas que garantizaban, promocionaban y protegían a los y las más débiles en nuestra patria. Virtualmente, han vaciado áreas como la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) o espacios de niñez como el Unzué, el Garrigos o los Centros de Referencia del ex Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que llevaban atención directa a la población de manera federal, de sur a norte del país. 

Aunque la propia Corte Suprema de Justicia admitiera que durante el primer semestre de 2024 hubo disminución del 16,7% en comparación con el mismo período de 2023 en delitos donde participaran menores de 18 años, se ha recrudecido la embestida por parte del gobierno nacional como espada para atacar las políticas sociales implementadas por la provincia de Buenos Aires, que pese a la crisis económica  que afecta al pueblo trabajador, ha demostrado que las políticas preventivas son más efectivas que las de castigo a la hora de combatir el “crimen”.  

Tampoco se tiene en cuenta que la franja de las y los pibes de 16 años para abajo es una de las más afectadas por la pobreza y el consumo problemático. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) de la Universidad Católica Argentina, en 2024 el 65,5% de los niños en Argentina son pobres. 

La tasa delictiva por debajo de los 16 años es menor al 1%, sin embargo, en Argentina 7 de cada 10 niños y niñas son pobres y 3 de cada 10 son indigentes, según las propias estadísticas oficiales, es decir en Argentina no nacen los pibes chorros sino nacen pobres e indigentes.  

Los pibes y pibas son víctimas directas e indirectas de la violencia generada por el denominado “narco crimen”. Son reclutados y explotados por estos grupos, ya sea como informantes, transportadores de drogas, sicarios o esclavos sexuales. El narco capta a niños, niñas y adolescentes a partir de suplir sus necesidades, no solo de poder comer sino incluso de poder comprar ropa, calzados, celulares, etc.  

La necesidad de poder pertenecer se profundiza en un sistema capitalista excluyente, como afirma el Papa Francisco, en su encíclica Laudato SI, donde el pontífice habla de la “Sociedad del Descarte”. Esta sociedad del descarte es donde las personas se vuelven usables y desechables y donde se rompen los lazos comunitarios y esto solo se puede dar cuando el mercado, liberalizado, es quien controla a lo político y no en viceversa. Inclusive organismos internacionales critican las políticas de liberalización del mercado “Los bancos tradicionales siguen siendo los mecanismos preferidos para el blanqueo de dinero…El ciberespacio y las criptomonedas se están perfilando como una nueva frontera para los grupos delictivos organizados que se disputan el control de los enormes mercados delictivos de drogas, armas, sexo y personas”, según la Junta de Fiscalización de Estupefacientes

No podemos dejar de mostrar que hay mucha crueldad en las políticas de la alianza gobernante y en la falta de políticas. Pero hay más crueldad aun cuando se usa como caballito de batalla una supuesta «solución» que solo traerá más dolor y violencia a una sociedad ya muy golpeada. 

No podemos, ni como trabajadores ni como militantes, quedarnos estupefactos frente a la crueldad. Debemos tomar la ternura y reconstruir la esperanza, militar un nuevo Estado presente, repensar el rol de la escuela, de los centros comunitarios y del actuar desde lo político. Hace varios años, junto con otros compañeros y compañeras, armamos una serie de iniciativas a la que denominamos Proyecto Cisne y el taller “La revancha” que funciona en el Centro Socio Educativo de Régimen Cerrado “Manuel Belgrano”, como esta hay muchas mas iniciativas para transformar la realidad, intra y extra muro, te están esperando a vos por que de manera colectiva siempre se llega mas lejos.